El día sábado 28 de junio de 2018, los niños, padres de familia, jóvenes que están haciendo sus horas sociales en el colegio, y las hermanas estudiantes nos reunimos para salir al encuentro de los más necesitados de nuestra Ciudad de Santa Tecla,en esta ocasión visitamos el asilo de ancianas dirigidas por las Hermanas Hijas de la Caridad, quienes nos abrieron las puertas para realizar dicha misión, este espacio nos sirve para hacer conciencia en los niños y niñas que pertenecen a la pastoral de infancia misionera, poniendo en práctica el evangelio de Jesús : “dejad que los niños vengan a mí porque de ellos es el reino de los cielos”, es aquí donde ellos son los protagonistas los invitados a compartir el pan con los que no tienen, por que un niño misionero siempre piensa en los demás ,mira a todos con ojos de hermanos con ojos de amigos.
Esa mañana dos de las jóvenes con una hermana se fueron a decorar el lugar donde se iba a realizar dicha actividad. Para esta ocasión se ambientó con globos, y listones. Mientras los padres y madres junto con los niños preparaban el refrigerio en el colegio, anticipo del encuentro, y como buenos hijos de Dios, nos preparábamos para ir en el camino rezando el rosario misionero, teniendo presente los cinco continentes, hasta llegar al asilo. Cuando llegamos ya estaban preparados nuestras invitadas de honor: las abuelas, que nos esperaban con tanta alegría, se les veía en sus rostros. Terminamos de rezar el rosario e iniciamos el encuentro con una oración dirigida por hermana Alejandra quien nos la preparó con mucho amor.
La animación no podía faltar en la fiesta, realizamos dinámicas, los niños y niñas compartieron sus dones, bailando, cantando, regalando cartas escritas por ellos; chistes dirigidos por un papá, les hizo reír mucho y hacerles vivir el momento recordando los tiempos de su juventud, y unidos en la mesa en fraternidad compartimos un pequeño refrigerio. También se dejó el espacio de dialogo todos y todas hablamos con las señoras, escuchamos sus anécdotas, y sirvió para conocer un poco su realidad .finalmente una de las ancianas agradeció a Dios y a nosotros por la mañana bonita que había vivido, unido a sus palabras hicimos la oración final de despedida, y con el himno de la Infancia Misionera dimos por concluida nuestra misión.
